El movimiento slow surgido como reacción a la vida estresante de las grandes ciudades, sin duda es una gran idea. El ritmo que llevamos tanto en el trabajo como en casa no es bueno para nada, y todavía menos para nuestra salud.
Así el movimiento slow propugna el vivir sin más prisas de las necesarias, es decir, debemos ser rápidos cuando sea absolutamente necesario y si la rapidez no es necesaria, entonces podemos acometer la tarea con más tranquilidad y sosiego. Esta idea se va imponiendo poco a poco, frente a la fast food, la comida rápida y basura que vino de los Estado Unidos, se está reivindicando la slow food, disfrutando del momento de la comida, intentando comer con calidad y dedicándole el tiempo que sea necesario.
Y, desde luego, quien dice comida, también dice ocio o viajes. Los defensores de este movimiento han creado una red de slow cities, ciudades saludables en las que no se da el turismo invasor sino un turismo diferente, que se integra en las costumbres del lugar y que no se obsesiona en tener que visitar todo en poco tiempo. La verdad es que si se piensa fríamente, todas las ciudades del mundo pueden ser slow cities, todo depende del espíritu con el que nosotros mismos abordemos nuestras vacaciones y de como hayamos decidido viajar.
El llamado slow travel, viaje lento, propugna tomarse las vacaciones con más sosiego, si no se pueden visitar cuatro o cinco ciudades en siete días porque acabaríamos agotados y más cansados que cuando empezamos nuestro periplo turístico, pues se visita sólo una y listo. Así, en vez de en un día visitar siete museos, tres iglesias y varios palacios, sin por supuesto tener tiempo para comer ni descansar; pues se visita un solo museo, se disfruta del mismo, se come como es debido, se da un paseo después de comer disfrutando de las vistas de la ciudad y de sus parques, no sentamos en una terracita a descansar y tomar un café, hablamos con la gente en los mercadillos locales o en cualquier otro sitio, intentamos hacer amigos o incluso buscar pareja, nos relajamos y nos embelesamos con el entorno. Los viajes deben tener el objetivo de quitarnos el estrés y relajarnos, no el de conseguir el efecto totalmente contrario. Eso si, si conseguimos una oferta 2x1 para un viaje slow travel, pues mucho mejor.
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